jueves, 12 de febrero de 2009

Concepciones curriculares


Una maestra tenía un alumno muy brillante al que todos le decían ¨pepín¨. El niño siempre le hacía preguntas muy astutas y avanzadas para su edad. Cierto día el estudiante preguntó: ¨maestra, ¿cuáles son las concepciones curriculares?¨
La maestra quedó muy impresionada, pues a pesar de que sabía la respuesta nunca se imaginó que se la iba a tener que dar a un niño de 10 años.

La maestra se sintió muy orgullosa de sí misma por poder responderle esta pregunta, pues en otras ocasiones la había puesto en aprietos con dudas muy complicadas. Así que la maestra se paró muy derechita y viendo por encima de la cabeza del niño le explicó que había varias concepciones:

La concepción del currículo centrado en asignaturas, en la que lo más importante son las materias y la manera en la que estas se ordenan. Las clases son magistrales y los alumnos son poco participativos.

La concepción del currículo centrado en experiencias educativas, en la que lo más importante es la experiencia educativa. Los estudiantes son mucho más participativos y los maestros son facilitadores del proceso de aprendizaje. Para que este tipo de experiencia sea exitoso es necesario una planificación ordenada, intencionada y sistematizada.

La concepción del currículo como un sistema, en la que se llevan a cabo técnicas educativas que luego se convierten en teorías. En este caso la estrategia educativa es el uso de los medios educativos de una forma eficiente y bien planeada. Se lleva a cabo adentro del aula y los alumnos reciben la tecnología educativa de la que se espera que aprendan y se beneficien.

La concepción del currículo como una disciplina ordenada, en la que ya existe una teoría currícular que se lleva a cabo y están claras las metas y los objetivos.

Pepín la escuchó con atención y no parecía para nada sorprendido pues seguramente ya sabía la respuesta. Luego le hizo otra pregunta: ¨maestra, y ¿qué concepción currícular utiliza usted para impartir sus lecciones?¨

La maestra se le quedó viendo, abrió sus ojos en asombro y le dijo: ¨la verdad es que no lo sé¨.

El niño se dió la vuela y siguió caminando tranquilamente mientras abría una bolsita de -tortrix-. La maestra se quedó parada y con la mirada perdida, estaba como ida y solo la despertó la campana que anunciaba el fin del recreo...

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